El gobierno argentino no cumplió con el calendario de vacunación y tampoco se las consiguió en el sistema privado.
Según la ley argentina el Estado debe comprar y distribuir las vacunas que corresponden al calendario nacional de vacunación (CNV), pero esto según los propios datos oficiales se está cumpliendo solamente en un 70% para algunas vacunas esenciales.
La tendencia a limitar la compra y distribución de vacunas se viene observando en los últimos años, desde 2016 se compraron, distribuyeron y aplicaron cada vez menos dosis. Durante el año 2018 se aplicaron 1.084.279 dosis menos de vacunas que en 2017.
La población argentina intenta vacunarse, pero no puede hacerlo por falta de vacunas o de acceso: durante 2018 un 13% de la población, si bien intentó vacunarse, no pudo por faltantes de dosis, por problemas de accesibilidad a centros de vacunatorios o por no haber días y horarios disponibles para vacunarse, según un estudio estadístico enmarcado en el Índice de Confianza y Acceso a Vacunas (ICAV) promovido por la Fundación Bunge y Born con muestreos de datos de todo el país.
La situación es particularmente grave en niños: 310 niños por día quieren ser vacunados por sus padres y no se puede hacerlo, por los motivos indicados.
Recientemente se conocieron tres casos de sarampión en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires: los niños que enfermaron, dos de 11 meses y uno de tres años, no estaban vacunados. Se ha venido alertando que la situación de personas no vacunadas y la circulación del virus en nuestro medio, puede desencadenar un brote en cualquier momento de enfermedades como el sarampión, que estaban controladas.
La vacuna contra el sarampión, la triple viral, es una de las que se denunciaron como faltantes en Argentina.
Faltan vacunas esenciales en el sistema público y también en el privado
Los faltantes denunciados incluyen vacunas contra enfermedades eliminadas, pero altamente peligrosas, como poliomielitis y difteria, y contra enfermedades controladas, como sarampión y rubeola.
Un caso particularmente grave es el de la vacuna antimeningocócica (Menveo), que está incluida en el CNV y debe aplicarse a bebés de 3, 5 y 15 meses, así como también a adolescentes de 11 años. Por la falta de dosis están imputados en una causa judicial la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein.
En Argentina la ley 27491 considera a las vacunas un bien social y establece principios de gratuidad, obligatoriedad y disponibilidad de dosis y de servicios de vacunación, lo que debe ser cumplido por los funcionarios públicos responsables.
También están faltando en distintas regiones del país las vacunas triple viral, triple bacteriana, contra hepatitis A y B, contra el HPV, contra rotavirus, antirrábica y Sabin.
“El caso de la falta de vacuna antimeningocócica es grave, la gente está buscándola en el sistema privado porque no la consigue en el sistema público, pero esta vacuna no está disponible en las farmacias”, alertó el farmacéutico Rubén Sajem, Secretario General del Colegio de Farmacéuticos de la Ciudad de Buenos Aires, “las farmacias solamente tienen algo de disponibilidad de la vacuna contra el meningococo B, que protege parcialmente contra la meningitis, y no disponen de la vacuna antimeningocócica conjugada (Menveo) que está incluida en el CNV y es responsabilidad del sistema público comprarla y distribuirla, pero esta vacuna es imposible encontrarla hoy en nuestro país.”
Los profesionales de la salud alertan que la meningitis es una enfermedad súbita y de alta morbimortalidad, que da muy poco margen para el tratamiento, por lo que es necesaria la prevención.
La falta de vacunas y sus graves consecuencias en el aumento de enfermedades inmunosuprimibles, ha sido alertada también por la Sociedad argentina de pediatría y la SAVE (Sociedad argentina de vacunología y epidemiología). Informes de organismos públicos como la CONAIN y disponibles en la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados advierten que en algunos casos solo se han comprado y distribuido entre el 50% y el 70% de las dosis necesarias.
Faltante de vacunas contra la fiebre hemorrágica argentina
En el caso de la vacuna contra la fiebre hemorrágica argentina (“mal de los rastrojos”), Argentina es el único proveedor en el mundo, y la disponibilidad también se encuentra amenazada.
La enfermedad tiene un área endémica que incluye Buenos Aires, Córdoba y Santa Fé. La vacuna se produce en el país desde 2003 y se incorporó al CNV en 2007, reduciéndose notablemente la incidencia de esta enfermedad. Sin embargo, la producción se redujo de 400 mil dosis a solamente 80 mil en 2018, y en 2019 la producción se ha detenido por falta de renovación de los equipos de la planta de productos biológicos que la producía, en la localidad bonaerense de Pergamino.