Se presenta en medicamentos de venta libre, aunque la regulación cambia en los distitos países.
Se estima que el 90 por ciento de las personas padecen insomnio en algún momento de su vida, una alteración que afecta al ser humano ya que está programado para vivir de día y dormir de noche, cuando está más oscuro y la temperatura es más fría.
El cambio de la noche al día y viceversa incide en nuestro reloj biológicoque, a su vez, envía una señal a la glándula pineal, situada en el cerebro, para que produzca la hormona melatonina cada 24 horas.
Al caer la noche, las señales neuronales que conectan la retina y el sistema nervioso central con la glándula producen una liberación de noradrenalina que induce la transformación de la serotonina en melatonina, la cual se secreta a la sangre y al líquido cefalorraquídeo. Este proceso permite regular el ciclo diario de sueño, además de participar en una gran cantidad de procesos celulares, controlar el ritmo cardíaco y fortalecer el sistema inmunológico.
La melatonina se ha estudiado para diferentes trastornos del sueño, tales como dificultades para conciliar o mantener el sueño y despertares nocturnos o tempranos. Los resultados de los estudios clínicos son controvertidos debido, sobre todo, a la heterogeneidad de estos y a problemas de calidad de la melatonina.
Según diferentes estudios, tomar melatonina en pequeñas dosis ayuda a acelerar y conciliar mejor el sueño, sin los efectos secundarios que pueden producir algunos medicamentos para el insomnio.
Pero cuidado con utilizar melatonina durante el día porque puede causar efectos adversos.
La forma en la que la melatonina cambia las fases de los ritmos circadianos depende del momento de su administración. Cuando se administra al anochecer, la melatonina avanza el reloj horario; mientras que su administración al amanecer retrasa el ritmo circadiano.
En tanto que el uso de otras hormonas requiere prescripción médica, la regulación de la melatonina es bastante contradictoria. En EEUU se considera un suplemento dietético, en Australia, un fármaco que requiere prescripción médica y en Europa se comercializa de ambas formas.
Fuente: COFM