Se utilizan contra insectos, pero no se aplican sobre el cuerpo. Se deben evitar daños a la salud, sobre todo a niños, ancianos o personas con enfermedades respiratorias. Algunos no se usan en ambientes cerrados.
Los repelentes ambientales se comercializan en diversas modalidades como tabletas, espirales, aerosoles, líquidos para ser empleados en antorchas, y líquidos termoevaporables que se volatilizan a partir del calentamiento eléctrico, entre otros. Pueden contener diversos ingredientes, y se encuentran comprendidos dentro de los llamados “Productos Domisanitarios”, cuya regulación depende de la ANMAT.
Es importante no confundirlos con los repelentes de uso personal, que se aplican directamente sobre el cuerpo y son considerados productos cosméticos.
Antes de adquirir un repelente ambiental, se recomienda constatar si el producto cuenta con la autorización sanitaria correspondiente.
QUÉ DEBEMOS TENER EN CUENTA AL UTILIZAR REPELENTES AMBIENTALES:
EN EL CASO DE PRODUCTOS CON LÍQUIDOS QUE SE DISPERSAN EN EL MEDIO AMBIENTE:
Utilizarlos en ambientes ventilados.
No aplicarlos en presencia de personas asmáticas o alérgicas respiratorias.
Colocar la cabeza a una distancia mínima de dos metros desde el punto donde se está liberando el producto.
En el caso de aparatos eléctricos que llevan líquidos en su interior, tener la precaución de no cubrirlos y no introducir objetos dentro de ellos.
EN EL CASO DE ANTORCHAS CON LÍQUIDOS EN SU INTERIOR
Su uso debe ser exclusivamente en exteriores, nunca en el interior de la casa.
Debido a que estos productos suelen tener solventes orgánicos no acuosos, en caso de ingestión involuntaria o intencional nunca debe intentarse provocar el vómito.
CÓMO PROCEDER EN CASO DE INTOXICACIONES
Los productos que acarrean mayor riesgo contienen en su rótulo una serie de indicaciones. Es imprescindible leerlas y seguirlas al pie de la letra.
Fuente: ANMAT