Un desafío para los farmacéuticos.

La mejora de la salud de la población durante las últimas décadas,  ha incrementado la esperanza de vida de nuestros mayores. En la actualidad cerca del 16% de la población sobrepasa los 65 años y se prevé un aumento de esta proporción durante los próximos años.

En general, las personas mayores utilizan más medicamentos que el resto de la población, se estima que más de dos tercios del gasto en medicinas recae sobre este grupo de población. Esto se debe principalmente al desarrollo de enfermedades crónicas entre las que destacan la diabetes, la hipertensión, las enfermedades de corazón, los problemas de huesos y articulaciones y los deterioros mentales.

En el día a día de la farmacia, es muy frecuente la asistencia a pacientes mayores que toman más de cuatro medicamentos. Según estudios, casi la mitad de los mayores no cumplen correctamente sus tratamientos, factor que repercute negativamente en sus estados de salud. Por tanto una adecuada y frecuente revisión, junto con el individuo, de todas las pastillas que toma, es un factor clave para lograr un buen control de sus enfermedades. Actualmente en la oficina de farmacia se disponen de distintas ayudas técnicas, como etiquetas visuales o sistemas de clasificación y dispensación semanal que facilitan la correcta identificación y toma de las medicaciones al paciente.

Es importante tener en cuenta que la respuesta de los mayores ante los medicamentos puede verse alterada por la edad. Por ejemplo, la absorción o eliminación del fármaco puede variar, por lo que el efecto terapéutico deseado, puede ser insuficiente o por contrario excesivo, incrementando el riesgo de aparición de los efectos secundarios propios fármaco.

También,  cuando un paciente toma varios medicamentos a la vez, aumenta el riesgo de que aparezcan interferencias o interacciones entre ellos, que puedan afectar de forma grave a la salud paciente. Por tanto, es fundamental tanto el conocimiento técnico de las medicaciones que toman los individuos, como su constante seguimiento con un buen control en la aparición de posibles síntomas nuevos relacionados con la medicación tomada.

El conocimiento total del paciente mayor, su entorno y hábitos de vida, sus enfermedades, la medicación que toma y su continua observación o seguimiento supone una labor que se realiza desde las farmacias, tratando de contribuir al apoyo de esta población cada vez más numerosa y que nos demanda más cuidado.

 Fuente: Higia